Fue allá por el 2016 cuando la Junta de la Hermandad se planteó el añadir al conjunto de procesiones una más en el Domingo de Resurrección. La idea era cumplir con el primer punto de los estatutos de la Hermandad: “ [...] dar culto público a Dios, exaltando el Misterio Pascual de la Muerte y Resurrección de Jesucristo por cuantos medios figuren a su alcance” manteniendo así el espíritu del Concilio Vaticano. Para el año 2017 se crearon unas nuevas y sencillas andas que pudiesen portar la figura del Resucitado. El problema era de dónde sacar la figura procesional. Se acabó por descartar la adquisición de una nueva por el coste que habían tenido las nuevas andas y se buscó por Navarra y comunidades limítrofes figuras de Resucitados que pudiesen servir. La solución estuvo al lado de casa y en la Catedral se localizó una figura del siglo XVIII que fue amablemente ofrecida por el cabildo y que tras una buena restauración paseó ese mismo año por nuestras calles.