Las legiones romanas de la República de Roma y el Imperio llevaban uniformes y armaduras bastante estandarizadas. Sin embargo, el concepto de uniformes no fue parte de su cultura. No hubo armaduras estandarizadas totalmente y aunque que se produjeran en fábricas estatales, variaba según la provincia de origen. Del mismo modo que los romanos tampoco tenían el concepto de obsolescencia. Siempre se permitió a los soldados el usar las armaduras heredadas por los miembros de su familia, comprar armaduras de los soldados que habían terminado su servicio o llevar estilos diferentes de armadura si lo preferían y armaduras incompletas. Por lo tanto, era común para las legiones el usar una mezcla de varios estilos de distintas épocas.
Fragmentos recuperados de la ropa y pinturas de la pared indican que la túnica básica del soldado romano era de lana, de color rojo o sin color (blanco crudo). Los oficiales superiores llevaban capas blancas y plumas. Los centuriones que formaban la espina dorsal en las legiones se distinguían con crestas transversales en sus cascos, adornos en el pecho (equivalentes a las medallas modernas) y una lanza larga.
La armadura militar romana incluye:
- La gálea o casco de soldado. Las variantes son: Casco Coolus, el Casco Montefortino y el Casco Imperial.
- Las grebas, para proteger las piernas.
- lorica (armadura) de diferentes tipos:
Otras prendas de vestir incluidas en el equipo legionario:
- Una túnica (en latín, tunica).
- El balteus, un tahalí o cinturón doblemente usado para guardar las armas y para meter la ropa.
- Los braccae (pantalones), usados en climas más fríos.
- Las caligae, zapatos de suela pesada o sandalias militares.
- El focale, un pañuelo usado para proteger el cuello de las rozaduras causadas por el contacto constante con la armadura.
- El loculus, una cartera, llevadas por los legionarios como parte de su sarcina (equipo básico).
- El paludamentum, un manto o capa sujeta desde un hombro, usado por los comandantes y, menos frecuentemente, por las tropas.