Cuaresma y Semana Santa

¿Cuánto tiempo dura la Cuaresma?
La cuaresma dura cuarenta días, los inmediatamente precedentes a la fiesta de la Pascua de Resurrección. Es una institución eclesial muy antigua. Ya desde el siglo II existe constancia de un período de práctica penitencial como preparación para esta fiesta, que desde los orígenes mismos del cristianismo representaba la síntesis y el fundamento de toda la fe cristiana.
Inicialmente este tiempo de preparación era de pocos días, que paulatinamente se fueron ampliando en función de posibilitar la reconciliación de los pecadores, que se realizaba anualmente antes de la Pascua y de dar lugar a las catequesis y ritos preparatorios para quienes iban a recibir el bautismo en esa misma fecha.
La práctica pastoral hizo que el tiempo de preparación se ampliase hasta las cinco semanas, que desde el siglo IV ya se habían convertido en cuarenta días, por el particular simbolismo que el número 40 tiene en la Biblia.
Durante la Cuaresma, mediante una gran variedad de medios espirituales, ascéticos y penitenciales que la Iglesia propone cada año, se pretende intensificar la vivencia de la fe y de la vida cristiana, destacando sobre todo la acción purificadora y santificadora del Señor.

¿Es obligatorio ir a Misa el Miércoles de Ceniza?
El miércoles de ceniza no figura como uno de los días de precepto. Sin embargo, desde el punto de vista de la religiosidad popular, constituye unos de los de más nutrida participación, por el especial significado litúrgico que tiene el signo penitencial de la imposición de la ceniza, como llamada a la conversión y a la penitencia, por responder de algún modo a la necesidad de purificación y renovación interior que el hombre siempre experimenta en lo profundo de su ser.

¿Es verdad que el Viernes Santo no se celebra la Misa?
Efectivamente. Es el único día en todo el año, en que la Iglesia, siguiendo una antiquísima tradición, no celebra la Eucaristía. Sin embargo el culto litúrgico que el Misal tiene asignado para esa tarde, sin ser una Misa, resulta -en su sencillez y sobriedad-, de una belleza incomparable.
Consiste en una amplia lectura de la Palabra de Dios, que incluye la lectura de la pasión según san Juan (el relato más teológico y significante, ya que los otros tres se leen el Domingo de Ramos de los ciclos correspondientes). La adoración de la cruz, y la comunión con las especies eucarísticas reservadas desde el día anterior.

¿Los oficios de Semana Santa son celebraciones de precepto?
No son celebraciones de precepto por coincidir en días laborables, pero al tratarse de los días que celebran los acontecimientos fundamentales de nuestra fe cristiana, la participación en los mismos está especialmente recomendada.
En nuestros días más que de Semana Santa suele hablarse del Triduo Pascual: Viernes y Sábado santos y Domingo de la Santa Pascua en la Resurrección de Cristo. Estos tres días del Triduo Pascual junto con el Jueves Santo que representa el final de la Cuaresma y del ciclo penitencial, constituyen los días más importantes dentro de la vivencia litúrgica de la Iglesia.
Hasta tiempos recientes y para muchos cristianos la Semana Santa finalizaba con la Pasión y muerte de Cristo, terminaba prácticamente el Viernes Santo. En esta modalidad se dejaba en un segundo plano, el hecho trascendente y esencial de la Resurrección de Cristo, que define y fundamenta nuestra fe cristiana.
Hoy se da cada vez mayor relevancia litúrgica y pastoral a la celebración de la Pascua del Señor y de un modo especial a la solemne celebración de la Vigilia Pascual, en la noche del Sábado Santo. Sin duda la celebración más solemne, esplendorosa y significante que celebra la Iglesia a lo largo de todo el año.

¿Qué es ayuno y abstinencia?
Se trata de dos antiguas prácticas de la ascética cristiana que caracterizaban fundamental -aunque no exclusivamente-, el tiempo de Cuaresma.
El ayuno consiste en abstenerse parcial o totalmente de alimentos por motivos penitenciales. En principio consiste en una única comida en el día. En la actualidad sólo existen dos días en que resulta preceptivo: el miércoles de ceniza y el viernes santo. Obliga, según el Código canónio a todos los fieles que no han cumplido los setenta años (CDC 1252).
El ayuno eucarístico consiste en la abstención de tomar alimentos o cualquier bebida, como signo de respeto y veneración, una hora antes de recibir la comunión (CDC. 919).
La abstinencia consiste en abstenerse de comer carne durante los viernes de todo el año, como un recordatorio penitencial, en el día de la muerte redentora de Cristo. Los fieles cristianos pueden sustituir esta práctica por un acto específico de piedad o de caridad, según la normativa más reciente “Paenitemini” del año 1966.
Sin embargo, en los viernes del tiempo cuaresmal y el miércoles de ceniza que da inicio a este tiempo, debe observarse la abstinencia, que afecta a todos los fieles desde los catorce años cumplidos.